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Edificios de usos mixtos: la oportunidad que está redefiniendo mercados urbanos

  • Foto del escritor: Capital Links
    Capital Links
  • 21 nov
  • 3 Min. de lectura

Uso mixto: cuando vivienda, comercio y oficinas convergen para crear valor real


Edificios de usos mixtos: la oportunidad que está redefiniendo mercados urbanos
En la Ciudad de México, los edificios de usos mixtos representaron el 12 % del mercado corporativo en 2023, con una tasa de ocupación promedio de 78.3% en el primer trimestre del año. (SiiLA México, citado en Inmuebles24, 2025).

Para el inversionista inmobiliario con visión, los edificios de usos mixtos ya no son una fórmula urbana más. Se han convertido en una estrategia de valor estructural, donde la convergencia de vivienda, comercio, oficinas y esparcimiento genera flujos diversificados, reduce el riesgo de vacancia y responde a una lógica urbana contemporánea: menor desplazamiento, mayor conveniencia, mayor densidad rentable. Cuando un activo tiene múltiples fuentes de ingreso bajo un mismo techo, la rentabilidad potencial cambia, la compresión de CAP rates se justifica y la probabilidad de resiliencia en ciclos adversos aumenta.


Por qué los usos mixtos generan plusvalía y cómo capturarla


Los desarrollos de usos mixtos no solo entregan una mezcla de funciones. Entregan sinergias operativas y de mercado difíciles de replicar. Imagina un entorno donde los residentes viven sobre oficinas, las oficinas miran a tiendas de conveniencia, y ese flujo diario sostiene a los negocios que, a su vez, elevan el valor de la residencia. Esa interdependencia convierte el activo en un micro-ecosistema económico.


Para el inversionista, el atractivo está en varios frentes: primero, la densidad de renta, ya que estos desarrollos permiten una utilización óptima del suelo urbano sin diluir valor por metros no rentables. Segundo, la reducción del riesgo de vacancia. Si una parte del edificio es oficinas y otra residencial, el impacto de una caída en uno de los segmentos se mitiga por los otros. Tercero, la capacidad de posicionamiento de mercado: ubicarse en un corredor urbano que permite vivir, trabajar y consumir en el mismo radio implica mayor atracción para inquilinos de calidad, menores plazos muertos y mayor velocidad de absorción.


Observamos ciudades clave en México en plena transformación urbana: zonas antes industriales o periféricas se resignifican como nodos de usos mixtos. Esa transformación conlleva plusvalía urbana, y para el inversionista temprano, representa la oportunidad de entrar antes de que la renovada infraestructura y el cambio de zonificación eleven los costos de entrada y eleven los CAP rates al alza.


Riesgos, pero sobre todo, control diferencial de la ventaja


Claro: no todo en usos mixtos es ‘ganar automático’. Existen riesgos específicos que un inversionista senior debe controlar. La planeación compleja es uno de ellos: coordinar vivienda, comercio, oficinas y amenidades exige un nivel de proyecto, permisos, diseño y ejecución considerable. Otro es la normativa local, que en muchos municipios aún no está diseñada para estos esquemas híbridos, lo que puede generar retrasos o costos imprevistos. Finalmente, la infraestructura de soporte —estacionamientos, circulación peatonal, servicios comunes— debe dimensionarse con precisión, porque los inquilinos residenciales y corporativos tienen exigencias distintas.


Sin embargo, un inversionista que asume esos riesgos y los estructure adecuadamente accede a un potencial de retorno superior. Una clave operativa es asegurar contratos heterogéneos compatibles: arrendamientos residenciales a mediano plazo + contratos corporativos a largo plazo + espacios comerciales con flujo estable. Esa mezcla da estabilidad al flujo y flexibilidad al crecimiento. En ese entorno, el CAP esperado baja porque el riesgo percibido es inferior y el perfil del activo se asemeja al de un portafolio diversificado, no al de un único uso vulnerable.


Los edificios de usos mixtos no son una moda estética urbana. Son una estrategia de inversión que conjuga densidad, conveniencia, diversificación de ingresos y resiliencia ante ciclos. En un mercado donde la tierra se vuelve más escasa, la zonificación más restrictiva y el capital más disciplinado, estar posicionado en un desarrollo de usos mixtos bien estructurado es haber entrado en el vértice de creación de valor.


Para el profesional que evalúa adquisiciones inmobiliarias, el mensaje es claro: prioriza ubicación urbana en transformación, exige una mezcla de flujos robusta y estructura el riesgo como si fuera un portafolio corporativo, no un solo activo. Ese es el camino para capturar la plusvalía que los usos mixtos prometen.


 
 
 

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